INTRODUCCION

TIPO FORESTAL: SIEMPREVERDE

El tipo forestal Siempreverde puede definirse como el conjunto de comunidades constituidas por especies perennifolias adaptadas a condiciones de alta pluviosidad y humedad. Su distribución geográfica se encuentra en la Cordillera de los Andes aproximadamente entre los paralelos 40º30' y 47º S, por debajo de los 1.000 msnm, y en la Cordillera de la Costa desde los 38º30' hasta los 47º S, aproximadamente. En el llano central crece en los ñadis y áreas de mal drenaje a partir del paralelo 40º S (Donoso, 1981; Donoso et al, 1999).

El tipo forestal siempreverde presenta una alta presencia de especies que en función de sus requerimientos ambientales, ocupan diferentes rangos de distribución latitudinal, de esta forma especies como Coihue (Nothofagus dombeyi), Canelo (Drimis winteri), Notro (Embothrium coccineum), Tepa (Laurelia philippiana), Fuinque (Lomatia ferruginea) y Luma (Ammomyrtus luma) ocupan toda la extensión latitudinal de la especie. Otras como Lingue (Persea lingue), Laurel (Laurelia sempervirens), Tineo (Weinmannia trichosperma), Olivillo (Aextoxicon punctatum), Ulmo (Eucryphia cordifolia), Avellano (Gevuina avellana), Mañío de hojas largas (Podocarpus saligna), Trevo (Dasyphyllum diacanthoides), Radal (Lomatia hirsuta) y Melí (Ammomyrtus meli), se ubican sólo en la parte norte del rango latitudinal. Por último, las especies que son importantes hacia el sur como Coihue de Chiloé (Nothofagus nítida), Coihue de Magallanes (Nothofagus betuloides), Mañío de hojas cortas (Saxegothaea conspicua), Mañío de hojas punzantes (Podocarpus nubigena) y Tiaca (Cadcluvia paniculata).

En el tipo forestal Siempreverde se distinguen actualmente cinco subtipos dentro de su estructura (Donoso, 1981):

- Subtipo Ñadis
- Subtipo Olivillo costero
- Subtipo Siempreverde con intolerantes emergentes
- Subtipo Siempreverde de tolerantes
- Subtipo Renovales de Canelo

Los métodos de corta permitidos en la ley vigente para el tipo forestal Siempreverde, y según el Reglamento Técnico del Decreto Ley 701, corresponden a la corta de protección y a la corta de selección.

Para la zona de estudio del proyecto, comprendida por la precordillera andina de la VII a la IX región, el Catastro de Recursos Vegetacionales Nativos (1997) registra una escasa presencia del tipo forestal Siempreverde con 8.346 hectáreas. Sin embargo, dicho estudio señala que a nivel nacional es el tipo forestal que ocupa la mayor superficie en el país con 4.148.904,8 hectáreas, representando el 30,9% de los bosques nativos chilenos.

RECOMENDACIONES GENERALES

De acuerdo a la investigación y seguimiento del tipo forestal siempreverde, se ha identificado un alta variabilidad y complejidad de esta comunidad vegetal, que imposibilita la indicación de prescripciones concretas. Por ello se han establecido una serie de situaciones de desarrollo de estos bosques, atendiendo a su estado de conservación, condición de sitio y composición arbórea, que han originado un conjunto de recomendaciones de intervención que conforman en gran parte las Normas de adhesion de Conaf, que regulan el manejo de los bosques siempreverdes.

Donoso et al (1999), señalan que para hacer silvicultura apropiada a los bosques siempreverdes es fundamental, debido a su complejidad y fragilidad, tener claras las carcterísticas y restricciones del suelo, de la topografía, precipitaciones y de la interacción que se produce entre ellas, y por otra parte conocer las características autoecológicas y la ecología de la regeneración de todas las especies del bosque en que se pretenda intervenir.

Asimismo, establecen y justifican que en las situaciones de bosque siempreverde inalterados o con alteración, y con presencia de varios estratos y una alta concentración de individuos tolerantes con diámetros bajos y medios, no deben aplicarse métodos de tala rasa o árbol semillero, a objeto de evitar pérdidas en la regeneración. No obstante, de no existir la situación anterior, sería posible aplicar talas rasas en fajas alternas o en bosquetes, puesto que la mayor parte de las especies acomoda sus requerimientos de luz o sombra, temperatura y humedad a estas intervenciones.

Finalmente, Donoso et al (1999) concluyen que debido a las características del medioambiente y a la composición y estructura de estos bosques, los métodos recomendables a futuro serán los de protección y los de selección. La idea es que a través de los métodos de cortas en fajas y de protección, se llegue en el mediano plazo a bosques un poco más simples y productivos en los que se apliquen sólo métodos de protección uniforme y selección, respetándose al máximo las funciones naturales de los bosques.