2.3. COSECHA Y REGENERACIÓN NATURAL EN BOSQUE ADULTO DEL TIPO FORESTAL ROBLE-RAULÍ-COIHUE.

En los bosques degradados del tipo forestal Roble-Raulí-Coihue, compuesto por árboles remanentes y un sotobosque integrado por especies del género Chusquea y otras sin valor comercial actual, en general no se encuentra regeneración de las especies deseadas. En bosques de estas características, sería recomendable la plantación de Raulí y Roble según la combinación deseada, o del desarrollo de la especie. La plantación debe considerar 1.600 pl/ha en fajas en curvas de nivel, así como desbrotes, raleos y podas de hasta 4 m de altura. Si no se regeneran naturalmente las especies tolerantes, se debería iniciar a una edad cercana a los 30 años su reposición (Cabrera y Grosse, 1995 cit por Grosse y Quiroz, 1998).

Es común encontrar en los renovales de Coihue grandes individuos correspondientes a los semilleros que dieron origen al bosque, estableciendo un gran número de individuos por hectárea. Generalmente poseen copas con diámetros de 10 m o más. Cuando se encuentran árboles de grandes dimensiones que muchas veces son de mala forma y sanidad, es conveniente eliminarlos a través del "anillado" de la corteza. Con esto se logra el dosmoronamiento gradual del árbol, el que se desarma en pie; primero caen las ramas y después cae el tronco provocando un mínimo daño y dejando el espacio libre para el desarrollo de los árboles que se encuentran bajo la copa y alrededor (Martínez, 1998).

2.3.1 Esquema de Intervención: Enriquecimiento o Plantación

Uebelhör, 1984 cit por Grosse et al, 1986, recomienda la técnica de repoblación artificial para el género Nothofagus, para las siguientes situaciones:

- Sectores que fueron sometidos a tala rasa, quema y ganadería extensiva que actualmente se encuentren cubiertos por la quila y arbustos.
- Bosques con baja presencia de Nothofagus con dominio de especies árboreas tolerantes, por encontrarse semiexplotados y carentes de regeneración deseada.

Los objetivos de producción, tratándose de plantaciones con especies como Raulí, Roble y Coihue deben estar enfocados a la obtención de maderas de alta calidad, y dentro del ordenamiento y evaluación de los factores de establecimientos involucrados, se debe considerar el entorno en que éste tiene lugar. Existen distintas posibilidades en el manejo de los factores según se trate de enriquecimiento de bosques alterados a través de plantaciones en claros o huecos, de plantaciones en faja bajo doseles regulados, o bien de plantaciones a campo abierto a modo de reforestación (Donoso et al, 1999).

Es importante destacar que la actividad de plantación debe ser respaldada por una buena viverización de la planta con la tecnología actualmente disponible para asegurar una plantación exitosa, así como también en el establecimiento con la preparación del terreno, y los cuidados en transporte y fertilización de las plantas que corresponda.

Las plantas criadas en vivero siempre tienen ventajas sobre aquellas que provengan del bosque cuando se utilizan con fines de repoblación.

LABORES CULTURALES

En plantaciones bajo dosel y con competencia eventual por parte de las especies del sotobosque, será conveniente usar plantas con una altura mínima de entre 0,8 m y 1,6 m. Esto permite liberar la copa de la planta de la competencia directa en menor tiempo y con menores costos. En el caso de plantaciones a campo abierto, con fuerte competencia por pastos o arbustos pequeños, es adecuado establecer plantas de 2 años que tienen una altura promedio de 60 a 80 cm (Donoso et al, 1999).

La plantación deberá comenzar con una densidad no muy alta como para llegar a la densidad final (200-400) sin la necesidad de incurrir en una excesiva cantidad de raleos que incrementarían mucho los costos (no más de tres raleos preferentemente). Para cada situación de sitio y de intereses deberá evaluarse la conveniencia de una mayor o menor densidad en función de los costos de plantación, de podas y raleos tempranos o tardíos (Op cit).

Donoso et al (1999) señalan que bajo dosel, en buenos sitios, bajo cobertura de 30% se pueden efectuar plantaciones con densidades de 1.111 a 1.333 plantas/ha (3,0x3,0 a 2,5x3,0). En enriquecimiento se pueden utilizar densidades de 650 a 800 plantas/ha, equilibrando los espaciamientos o distribución aleatoria según las posibilidades de luz, suelo y competencia. En sitios pobres, en donde es aconsejable entre estas especies privilegiar Coihue, que naturalmente se adapta mejor a estas condiciones a diferencia de Roble y Raulí que son propios de buenos sitios, se puede plantar a densidades de 1.666 a 2.500 plantas/ha. Es aconsejable plantar en exposiciones húmedas y sombrías. Estas recomendaciones de plantaciones bajo cierta cobertura son adecuadas para la zona comprendida desde la provincia de Cautín hacia el sur, y con mayor razón lo son para sectores más septrentrionales, con menos precipitaciones, períodos secos más largos y mayores temperaturas.

Desde el punto de vista del control o mejoramiento natural de la poda y la dominancia apical, el Coihue es la especie en que más se justifican altas densidades de plantación, lo que puede implicar altos costos iniciales.

Las fajas se justifican en bosques que fueron explotados y después de algunos años se requiere una reforestación. Las fajas requieren de un dosel de bosque de protección homogéneo, si hay diferencia de sombra y protección se genera un crecimiento diferencial de las plantas. El ancho de las fajas es variable según la altura de la vegetación del sotobosque.

Grosse (1988), realizó un ensayo de fertilización y grado de luminosidad en plantaciones bajo dosel de Roble y Raulí, en el fundo Jauja, comuna de Collipulli, IX Región. La plantación se realizó el mes de julio utilizando plantas de 99 cm de altura y entre 8 y 9,4 mm de diámetro de cuello. Después de 3 meses de la plantación se aplicaron 13 gr/pl de Nitrato de amonio; 10 gr/pl de Superfostato triple y 10 gr/pl de Salitre potásico suministrados en distintos grados de cobertura de copas.

La mejor supervivencia se produjo bajo semisombra de 13-28 m2/ha de área basal equivalentes a coberturas de copa de 34,8 a 63,1%, alcanzando porcentajes de supervivencia de 84 a 91%. Por su parte la fertilización produjo un aumento de un 17% en la supervivencia.

Quiroz et al, 2001, registran algunos antecedentes relativos a la preparación de sitios para plantación en bosques primarios intervenidos:

Preparación del suelo. La preparación se concentra en la eliminación del sotobosque, formado básicamente por Coihue, Quila y Mirtáceas.

Roce manual. La preparación de la faja de plantación se ejecuta con "rozón" y ayudado con motosierra para eliminar troncos. Considera la eliminación de toda la vegetación en 2 m de ancho y cada 3 m. En condiciones de sotobosque denso que requiere roce fuerte se tiene un rendimiento de 10 jor/ha equivalente a 200 ml/jor; roce moderado 6 jor/ha; roce suave 2 jor/ha.

Roce mecanizado por trituración. Sistema de martillos, cuchillas o cadenas que giran sobre un eje que cortan y trituran la vegetación, se monta en tractores agrícolas o forestales, se puede utilizar hasta en un 40% de pendiente.

RENDIMIENTOS

Los antecedentes de crecimiento en plantaciones que se detallan a continuación, corresponden a plantaciones efectuada a campo abierto (Donoso et al, 1999).

Cuadro 2.3.1.1. Crecimiento de plantaciones de Raulí

Localidad

Provincia

Sector

Edad

Densidad

                  Crecimiento Medio Anual

DAP

(cm)

Altura

 (m)

A.Basal

(m2/ha)

Volumen (m3/ha)

Las Palmas

Lastarria

Chaquihual

Chaquihual

Frutillar

Riñihue

 

Pucón

Quechumalal

Exp. Norte

Quechumalal

Exp. Sur

Panguipulli

Valdivia

Cautín

Chiloé

Chiloé

Llanquihue

Valdivia

 

Cautín

Valdivia

 

Valdivia

 

Valdivia

C.Costa

C.Costa

V.Central

V.Central

V.Central

P. Andes

 

C.Andes

C.Andes

 

C.Andes

 

C.Andes

12

10

15

13

14

13

10

34

15

 

16

 

14

550

2.100

-

1.400

-

2.050

2.145

693

1.400

 

1.500

 

1.696

0,60

0,84

0,67

0,82

0,70

0,95

1,02

0,57

0,76

 

0,73

 

0,97

0,52

0,69

0,63

0,85

0,51

1,05

1,07

0,39

0,81

 

0,73

 

0,80

-

1,20

-

-

-

2,01

1,80

0,64

0,88

 

1,13

 

1,62

-

3,50

-

-

-

13,05

8,87

5,05

4,81

 

6,20

 

8,87

Las plantaciones de Raulí presentan mejores crecimientos en la Precodillera y Cordillera de los Andes.

La estructura vertical de la plantación de Raulí en Riñihue tiene un 84% de los árboles en los doseles dominantes y codominantes. Un 41% de los árboles dominantes son de calidad 1 -individuos de fuste recto y cilíndrico, con ramas delgadas sin daños sanitarios- vale decir, 760 árboles por hectárea, lo que aumenta la posibilidad de lograr una cosecha de árboles destinados a usos nobles. Esta plantación fue establecida con plantas de vivero de 2 años (1/1), fue cercada y no hubo fertilización, control de maleza ni preparación de sitio (Donoso et al, 1999).

Considerando esta información, se estima que en función de obtener buenos crecimientos al establecer Raulí en la Precordillera de los Andes desde los 200 msnm hasta su límite altitudinal de aproximadamente 900 msnm entre Cautín y Osorno, debería tener crecimientos similares al cuadro 2.3.1.1. Se estima que sobre los 500 msnm los crecimientos sean menores. En las regiones VII y VIII los rangos altitudinales más apropiados para plantaciones de esta especie estarían entre los 600 y 1.000 msnm, ya que bajo estas altitudes son menores las precipitaciones, mayores las temperaturas y más largos los períodos secos (Op cit).




Cuadro 2.3.1.2. Crecimiento de plantaciones de Coihue

Localidad

Provincia

Sector

Edad

Densidad

Crecimiento Medio Anual

DAP

(cm)

Altura

(m)

A.Basal

(m2/ha)

Volumen (m3/ha)

Morrompulli

Morrompulli

Las Palmas

Frutillar

Panguipulli

Valdivia

Valdivia

Valdivia

Valdivia

Valdivia

C.Costa

C.Costa

C.Costa

V.Central

C.Andes

9

9

18

14

15

3.881

2.389

999

-

1.900

0,98

1,13

1,03

2,00

1,15

1,13

1,17

1,06

0,62

0,96

2,63

2,18

1,49

-

3,31

11,91

9,04

11,01

-

20,48

Coihue presenta crecimientos similares en altura tanto en la cordillera de la Costa como en Los Andes, con valores anuales promedio en torno a 1 m anual. Esta especie ha mostrado mayores niveles de sobrevivencia y crecimiento en altura al plantarse en fajas en relación a campo abierto (Torres, 1996 cit por Donoso et al, 1999).

Cuadro 2.3.1.3. Crecimiento de plantaciones de Roble

Localidad

Provincia

Sector

Edad

Densidad

Crecimiento Medio Anual

DAP

(cm)

Altura

(m)

A.Basal

(m2/ha)

Volumen (m3/ha)

Las Palmas

Chaquihual

Chaquihual

Frutillar

Palguín

Los Riscos

Valdivia

Chiloé

Chiloé

Llanquihue

Cautín

Llanquihue

C.Costa

V.Central

V.Central

V.Central

P.Andes

P.Andes

12

13

13

14

14

15

2.500

1.840

900

-

1.440

-

0,82

0,79

0,85

0,40

0,94

0,67

0,81

0,73

1,23

0,62

0,91

0,76

-

1,17

0,66

-

1,75

-

-

5,11

4,89

-

12,49

-

Las plantaciones de Roble se comportarían de forma similar al Raulí, ocupando climas de temperaturas más moderadas, soportando mejor condiciones más mediterráneas. Roble es más sensible a heladas que Raulí.

Cuadro 2.3.1.4. Crecimiento de plantaciones mixtas

Localidad

Provincia

Sector

Edad

Densidad

Crecimiento Medio Anual

DAP

(cm)

Altura

(m)

A.Basal

(m2/ha)

Volumen (m3/ha)

Riñihue

 

 

Riñihue

 

 

 

Arquilhue

Valdivia

 

 

Valdivia

 

 

 

Valdivia

P.Andes

 

 

P.Andes

 

 

 

P.Andes

14

 

 

14

 

 

 

15

1.830 To

860 Ro

970 Ra

2.305 To

1.035 Ra

690 Ro

580 Ul

738 To

507 Ro

231 Ra

0,75

0,76

0,74

0,70

0,69

0,74

0,66

1,28

1,28

1,28

0,67

0,70

0,65

0,64

0,63

0,69

0,60

0,98

0,93

1,07

1,25

0,59

0,66

1,29

0,55

0,43

0,29

1,50

1,08

0,42

5,67

2,90

2,77

4,45

1,42

2,03

1,00

10,55

7,34

3,21

   To: Total

   Ro:Roble

   Ra: Raulí

   Ul:Ulmo

En plantaciones mixtas, la combinación Roble con Raulí en la Precordillera de los Andes indica que estas dos especies tienen comportamientos similares en estas condiciones. Sin embargo, la mayor tasa de mortalidad de Roble respecto de Raulí, conduce a una baja en la densidad, que se traduciría en un menor volumen total por hectárea.

Al incorporar Ulmo entre Roble y Raulí, disminuye la tasa de mortalidad, ya que la competencia entre estas especies demora más en producirse, mientras que Ulmo comienza a ocupar un dosel codominante o intermedio en el cual es capaz de sobrevivir debido a su mayor tolerancia a la sombra.

Aparte de las eventuales ventajas productivas de las plantaciones mixtas, poseen la característica de otorgar mayor diversidad de hábitat para la vida silvestre y mejores características visuales por su colorido, estructura vertical y textura.

Raleos

En función de llegar a una densidad final de 250-400 árboles/ha, se recomienda programar no más de 3 raleos en plantaciones de Roble, Raulí y Coihue. El siguiente cuadro muestra una proposición en este sentido.

Cuadro 2.3.1.5. Propuesta de raleos en plantaciones de Roble, Raulí y Coihue

Actividad

Edad (años)

Densidad Remanente

(arb/ha)

Plantación

Primer raleo

Segundo raleo

Tercer raleo

Cosecha

0

6 a 10

12 a 15

20 a 23

1.333 a 1.667

800 a 1.100

500 a 700

250 a 400

0 a 80

Poda

La finalidad de la poda es prevenir el ataque de enfermedades en la base expuesta de las ramas caídas debido a causas naturales y para producir madera de buena calidad.

En plantaciones es necesario producir trozos para obtener madera aserrada de primera, debobinada o chapas, y en tal sentido la poda aparece como una necesidad en el manejo de plantaciones de estas especies.

En plantaciones de las tres especies, establecidas con 1.600 árboles/ha o menos, son necesarias las podas. En plantaciones más densas probablemente no serán necesarias para Roble, especie de muy buena poda natural.

La poda natural en latifoliadas es mejor que en coníferas. Por lo tanto, cualquier esquema de poda que se determine como apropiado para estas especies, especialmente Roble y Raulí, debería ser más simple que los conocidos en Chile para obtener madera libre de nudos en plantaciones de Pinus radiata. Considerando que en renovales de 20 a 40 años la poda natural alcanza más o menos un 50% de la altura total de los árboles (Donoso, 1988 cit por Donoso et al 1999), se puede estimar que en plantaciones de Nothofagus, al momento del primer raleo, a la edad de 6 a 8 años en buenos sitios, es decir, con 6 a 8 m de altura de los árboles dominantes, ya habrá al menos dos metros de poda natural. Para lograr tener 6 metros de fuste libre de nudos con un cilindro defectuoso pequeño, se podría efectuar solamente una poda (Donoso P. et al, 1999).

Cualquier inversión que se realice en poda artificial debe considerar que ella se justifica sólo para la primera troza (aprox. 5 m), que es la que concentra el mayor valor del árbol (Nyland, 1996 cit por Donoso et al, 1999), especialmente cuando éste se hace crecer hasta diámetros aserrables o debobinables. Debe podarse un número limitado de árboles de los doseles dominante y codominante, de excelente calidad, y que se espera sean parte de los individuos de la cosecha final o último raleo. En Coihue debería siempre considerarse actividades de poda si el objetivo es poducir madera de alta calidad (Op cit).