2.1.3 Sistemas de producción de carne bovina para la precordillera andina

La producción de carne bovina en la precordillera, en general, se ha caracterizado por ser de carácter extensiva, con escaso uso de razas especializadas de carne, como la Hereford o Aberdeen Angus. Últimamente se observa una mayor preocupación por desarrollar una ganadería que considere ganado especializado de carne.

Como recurso alimenticio del ganado, aun se utilizan principalmente praderas naturales de baja producción de forraje, cuyo rendimiento anual es del orden de las 2 Ton de MS/ha de una composición química muy baja, en relación a la que presentan las especies forrajeras mejoradas.

La baja producción y deficiente calidad del forraje, de las praderas naturalizadas, de la precordillera andina, unidos a factores climáticos difíciles que presenta el área, como las sequías estivales, que se prolongan por 4 a 5 meses, el lluvioso período invernal, con alrededor de 5 meses de posibles heladas, la baja fertilidad de los suelos, influyen en que los productores tengan bajos rendimientos con el ganado.

El mejoramiento de las praderas, principalmente reemplazando la pradera natural por praderas sembradas, mejoramiento de la fertilidad del suelo y el mejoramiento genético del ganado son factores fundamentales, a tener presente, para incrementar notablemente la producción de carne bovina en la zona. Prácticas que deben estar complementadas con normas de sanidad animal y todas aquellas que aseguren mantener una buena calidad del producto.

Los estudios de sistemas físicos de recría y engorda de ganado en la precordillera andina de la región del Bío Bío, realizados por INIA-Quilamapu, se han efectuado utilizando terneros machos, enteros o castrados nacidos en primavera, destetados a los 6 a 7 meses de edad con alrededor de 200 Kg de peso vivo. Los terneros usados en los sistemas de producción, prioritariamente han sido de las razas de carne Hereford o Aberdeen Angus.

Estos sistemas de producción se han basado principalmente, en el uso de forrajes de las praderas sembradas, por constituir el alimento mas barato, como recurso alimenticio del ganado y en algunos casos se ha recurrido a una suplementación limitada con grano de avena.

Los sistemas de producción de carne en la etapa de recría engorda evaluados en la precordillera andina, podrían arbitrariamente clasificarse como: sistemas intensivos y sistemas semi-intensivos. En el primer caso, los terneros destetados se someten de inmediato a un sistema de engorda a corral con forrajes conservados, granos y/o subproductos, y en la segunda modalidad los terneros una vez destetados se alimentan su primer invierno con forraje conservado, como heno o heno más una suplementación limitada con granos o subproductos.

Las alternativas de producción de carne bovina estudiadas, permiten estructurar sistemas que se complementen eficientemente con la producción de cultivos y/o producción forestal.

2.1.4.- Sistemas intensivos de producción de carne bovina

En las alternativas intensivas de producción de carne bovina, los terneros recién destetados se someten de inmediato a una ración de engorda, a corral o potrero, con forrajes conservados, granos y/o subproductos. Los terneros pueden iniciar la engorda enteros o castrados. En el caso de no castrar, debe tenerse presente que se terminará con toritos, con edades generalmente inferiores a 15 meses. Los terneros deben pesar al destete, e inicio de la engorda alrededor de los 200 Kg.

El realizar engorda con toritos tiene ciertas ventajas y también problemas, en las ventajas puede señalarse, a modo de ejemplo, que los incrementos diarios de peso vivo son superiores (en general 12% a 15%), a los obtenidos con novillos y se produce una carne mas magra. En las desventajas, es que se requiere algo mas de tiempo para obtener una aceptable cobertura de grasa en las canales. En relación a manejo, los toritos deben mantenerse alejados de los vientres y es difícil el ingreso de nuevos animales al grupo de toritos; puesto que, los animales antiguos del grupo le pegan a los que ingresan e incluso pueden lesionarlos y llegar a causarles la muerte.

a.- Engorda intensiva de toritos a corral y praderas sembradas con uso de avena grano entera

La alternativa de engorda intensiva, a corral, se inicia con terneros Hereford enteros de 198 Kg de peso vivo y 6,7 meses de edad al destete. Los terneros son sometidos a una ración de engorda que considera 2 Kg/torito/día de avena grano, 0,18 Kg/torito/día de harina de pescado y 22 gramos de sales minerales y urea/torito/día. El consumo promedio de heno de alfalfa es de 6,5 Kg de MS/torito/día.

La engorda a corral se prolonga por 112 días, durante el período invernal, y se complementa con el uso de praderas, durante la primavera; esto permite finalizar con animales de 408 Kg de peso vivo promedio a los 13,6 meses de edad.

Se comprueba que es factible terminar los animales con una ración adecuada de engorda, que permita ganancias diarias sostenidas del orden de 1,0 Kg/torito. En el caso analizado, la cobertura de grasa está en el límite de lo aceptable y es necesario prolongar por unos 15 a 20 días mas la alimentación de los animales, para asegurar una buena terminación.

Sin duda que, si bien la engorda se realizó con toritos, es factible y menos problemática realizarla con novillos. También, adecuar otro tipo de raciones que no consideren la harina de pescado y la urea, alimentos que actualmente no están bien conceptuado por los consumidores y el no usarlos puede llegar a constituir una buena marca del producto.

b.- Engorda de toritos Hereford a corral y praderas con uso limitado de un concentrado comercial

En esta alternativa, los terneros ingresan al sistema con 208 Kg de peso vivo (mayo) y son alimentados durante el período invernal, durante 147 días con alimentos comprados, como heno de trébol rosado, alcanzando un consumo promedio de 5,8 Kg/ternero/día, y 20 gramos diarios de sales minerales comercial. La ración diaria se complementa con el suministro de un concentrado comercial para terneros (14% de PT) a razón de 1,4 Kg/ternero y 190 gramos de harina de pescado, estos dos últimos alimentos se suministraron a partir de la mitad del período invernal de suplementación, los animales siempre tienen a las praderas, las cuales llega un momento que prácticamente, el aporte de forraje es casi nulo y hacen las veces de corral. Esta alimentación invernal permite alcanzar ganancias diarias de 1 Kg/torito. Estos incrementos de peso vivo se logran mantener en el período primaveral con pastoreo de las praderas, con excepción del último período de pastoreo de alfalfa, donde los incrementos diarios de peso vivo bajan por sobremadurez de la alfalfa.

El sistema de producción estaba basado principalmente en praderas de trébol subterráneo solo y otras en mezcla con trébol encarnado o festuca, las cuales constituyen el 88% de la superficie de praderas, el 12% restante corresponde a una pradera de alfalfa sola, que con el tiempo también se invade con trébol subterráneo. El trébol subterráneo solo o con encarnado, se rota con trigo, cada cuatro años. La carga animal promedio es de 2.4 toritos/ha, con una máxima inicial de 2,9 toritos/ha, la cual se reduce posteriormente para ajustarla a las condiciones de la pradera y luego a medida que los animales alcanzaban peso de faena. Los toritos finalizan con 398,2 Kg de peso vivo a los 14,4 meses de edad, en diciembre, y la producción de peso vivo por hectárea es de 457,3 Kg.

2.1.5.- Sistemas semi-intensivos de producción de carne bovina a base de forrajes

La producción semi-intensiva de carne bovina, con ganado especializado de razas pequeñas de carne como la Hereford o Aberdeen Angus alimentados especialmente a base de forrajes de las praderas, tiene un importante futuro en la precordillera andina.

Las alternativas de producir carne bovina entre los 15 y 17 meses de edad, utilizando principalmente los forrajes de las praderas, pueden ser mediante muy variadas combinaciones de praderas y suplementaciones de invierno (Henos, granos y/o subproductos), principalmente a corral protegido del viento y lluvia o a galpón y suplementación de verano a pradera (principalmente con grano entero de avena en cantidades limitadas).

Cualesquiera sea el plan forrajero que se utilice, al sistema de producción ingresan los terneros recién destetados con 6 a 7 meses de edad y sobre 180 kg de peso vivo.

Los terneros pueden ingresar al sistema forrajero enteros o castrados. En el caso de trabajar con terneros enteros, debe recordarse que no admiten fácilmente nuevos animales en el grupo inicial.

En estas alternativas semi-intensivas se requiere mantener incrementos diarios de peso vivo durante el invierno, en general, entre 0,5 a 0,7 kg/ternero/día. La ración diaria para cumplir esta meta, dependerá, de la calidad y cantidad de alimentos que suministra al ternero. Las posibilidades pueden variar desde utilizar un muy buen heno con acceso de los animales a pradera (la que en general dispone de poco pasto), hasta utilizar heno u otro forraje conservado (ensilaje) y grano de avena y/o subproductos de la agroindustria o cantidades limitadas de concentrados comerciales (2 a 3 kg/animal/día).

El peso de los terneros al destete e inicio de la recría y engorda, y el cuidado de los factores analizados anteriormente, que inciden en las ganancias de peso vivo, hacen la diferencia de alcanzar el peso vivo adecuado de faena a diferentes edades.

En INIA-Quilamapu, se han estudiado diversas alternativas de producir carne bovina, en sistemas semi-intensivos, basados principalmente en el uso de praderas sembradas. En este aspecto se describen posibilidades de usar praderas establecidas con una sola especie forrajera, mezcla de especies y/o combinaciones de ellas como único recurso alimenticio o complementadas con cantidades limitadas de granos, principalmente con el uso de avena suministrado como grano entero. Estos sistemas son una guía para los ganaderos, que le permiten adecuarla a sus posibilidades y orientación productiva del predio.

a.- Sistema de producción de carne bovina usando solo praderas de trébol subterráneo

La pradera de trébol subterráneo, constituye un buen recurso para producir carne bovina y para realizar buenas rotaciones con cultivos, principalmente con trigo que es el cereal más sembrado en la precordillera.

Los incrementos diarios de peso vivo alcanzado con terneros machos enteros o castrados (200 Kg de peso vivo y 6,5 meses de edad inicial), han sido del orden de 0,8 a más de 1,0 Kg/ternero/día, predominando la mayor ganancia diaria en los animales enteros.

La carga animal, usada en estos trabajos, ha fluctuado entre 1,7 a 3 terneros por hectárea de 200 Kg de peso al inicio del pastoreo. Por su parte, la producción de peso vivo por hectárea promedio de varias temporadas, ha fluctuado entre 240 a 250 Kg.

Cuando el trébol subterráneo se ha sembrado en mezcla con trébol encarnado, con el propósito de disminuir los costos de establecimiento por el ahorro en el valor de la semilla (condición que debe verificarse en cada oportunidad de siembra) y disponer el primer año de una producción aceptable de pasto para los animales. Las ganancias diarias de los animales y la producción de peso vivo por hectárea se han mantenido dentro de los rangos indicados anteriormente desde el primer año de establecimiento de la pradera.

Sistemas físicos de producción basados sólo en praderas de trébol subterráneo, pastoreadas con terneros machos enteros de la raza Hereford de 199 Kg de peso vivo inicial, con una carga de 1,72 terneros/ha y alimentados con heno (3 Kg/ternero/día), durante el período invernal. Se han alcanzado 358 Kg a los 16 meses de edad, edad que cumplen en el mes de enero. El mantener estos animales a pastoreo, con el trébol subterráneo seco, no se justifica; puesto que las ganancias diarias de peso vivo serán muy bajas, del orden de los 0,15 Kg/ternero/día.

Si bien la producción de peso vivo por hectárea es aceptable, los toritos no alcanzan a estar terminados para faena y es necesario adoptar otras prácticas de manejo, que permitan alcanzar este objetivo. Pero puede constituir un sistema aceptable de producción de novillos (no de toritos), para que otro productor los termine de engordar.

Los pesos vivos obtenidos, al nacer y a los 6; 12; 16; y 18 meses de edad, han sido de 32; 199; 209 349 y 358 Kg, respectivamente.
b.- Sistema de producción usando pradera de trébol subterráneo y uso limitado de grano de avena

En la alternativa descrita anteriormente donde se utilizaron terneros enteros de la raza Hereford, suplementados a pradera durante el invierno con cantidades restringidas de heno y posteriormente en primavera solo se alimentaron a pastoreo en praderas de trébol subterráneo, los animales no alcanzaron peso vivo de faena y se recomendaría el sistema para producir novillos para engorda. Pero utilizando esta misma pradera de pastoreo con terneros machos enteros Hereford de 218 Kg de peso vivo inicial, y una carga de 1,72 terneros/ha y modificando la alimentación invernal hasta el inicio de crecimiento activo de la pradera en primavera, los resultados son mas promisorios.

Los terneros suplementados a pradera, durante el invierno con heno (3 Kg/ternero/día) y avena grano (2,5 Kg/torito/día, durante 160 días) y prolongando este régimen alimenticio hasta el crecimiento más activo de los pastos en primavera, se obtuvieron toritos de 410 Kg de peso vivo a los 18 meses de edad (marzo). Pero los animales a partir de los 16 meses de edad que pesaban 390 Kg (enero), alcanzaron ganancias diarias de peso vivo muy bajas, debido a que el trébol se seca y baja su calidad nutricional. Este aspecto no recomendaría normalmente continuar la engorda solo usando este tipo de praderas.

La producción anual de peso vivo por hectárea, de esta alternativa fue del orden de los 360 Kg.

El peso vivo de los toritos al nacimiento, 6; 12; 16 y 18 meses de edad fueron 35 Kg; 218 Kg; 286 Kg ; 356 Kg y 411 Kg, respectivamente.

Los toritos fueron analizados en relación a sus canales, pero por el acabado que presentaron se observaba que aun les faltaba terminación con el propósito de mejorar la grasa de cobertura de las canales. Cabe recordar que los animales enteros, si bien obtienen una mayor ganancia diaria de peso vivo en relación a los novillos, son mas magros y lentos en acumular grasa. Esto debe tenerse en consideración; puesto que si se pasa la edad en los toritos, caerán en la categoría de toros y serán castigados en el precio. Esto implica que los terneros que se destetan con bajo peso y/o aquellos que a salidas de invierno no alcanzarán el peso de faena, no deben entrar en este sistema.

Algunas alternativas de mejorar la producción de carne en sistemas basados sólo en el uso de praderas de trébol subterráneo, pueden aplicarse para producir novillos para engorda; vale decir; que otro productor los engorde y termine para faena. También se observa la factibilidad de intensificar el manejo, mejorando principalmente la suplementación invernal de los terneros ofreciendo un buen heno a libre disposición, con un consumo diario estimado de 6 Kg/ternero más 2,0 a 2,5 Kg/ternero de avena grano entero o afrechillo de trigo y la posibilidad de acceso a pradera hasta donde sea factible; vale decir, tratar de mantener una ganancia diaria de alrededor de 0,65 Kg/ternero durante el invierno. Además, según el desarrollo de los animales, principalmente si se usan toritos, debería contemplarse una suplementación de los animales con avena grano (2,0 a 2,5 Kg/animal/día) por alrededor de unos 60 días, para alcanzar una terminación aceptable, en relación a cobertura de grasa.

c.- Sistema de producción utilizando solo praderas de alfalfa en condiciones de secano

Las praderas de alfalfa, en condiciones de secano, han resultado extraordinariamente importantes para alcanzar la meta de sacar novillos terminados para faena a muy corta edad. Esta pradera permite tener permanentemente forraje verde de buena calidad en toda época del año, principalmente en el verano, período de terminación de los animales para faena.
En este tipo de praderas se obtiene durante el primer año de edad de la alfalfa, una producción de peso vivo por hectárea muy baja, ésta alcanza a 78 Kg/ha, pero posteriormente el segundo año llega a 350 Kg/ha y el tercer año la producción de peso vivo fue cercana a los 400 Kg/ha. Se prevé que es posible continuar con el incremento anual de producción de peso vivo, al mejorar las condiciones de fertilidad del suelo y el mayor arraigamiento que presentan las plantas.
Los incrementos diarios de peso vivo, con esta especie forrajera, han fluctuado entre 0,70 Kg/novillo a más de 1,10 Kg/novillo, durante el período de pastoreo de primavera y verano (nov-mar). Los terneros Hereford y Angus de 180 a 200 Kg. de peso vivo al destete (6 a 6,5 meses de edad) y 2,2 a 3,2 terneros/ha/período, se alimentan durante el invierno con heno de buena calidad y 2,0 a 2,5 Kg de avena grano, mas una suplementación de sales minerales completas (formulas comerciales).
Durante primavera-verano los animales pastorearon en un sistema rotativo la alfalfa, desde cuando ésta presenta los rangos de prebotón hasta más del 80% de floración. Cabe señalar que al mejorar la fertilidad del suelo, el trébol subterráneo nativo expresaba su mayor potencial y constituía parte importante de la pradera. Incluso al pastorear la alfalfa en verano, los animales también consumían plantas de trébol subterráneo seco.
Los novillos, con las ganancias diarias señaladas anteriormente, logran peso de faena alrededor de los 16 meses de edad.

2.1.6.- Sistemas de producción vaca-ternero con alimentación a base de forrajes de las praderas

Los sistemas de producción de carne bovina en su etapa vaca-ternero, usando principalmente ganado Hereford y que son aplicables a otras razas pequeñas de carne como la Aberdeen Angus y con ciertas modificaciones a razas de mayor tamaño, han sido enfocados a usar como recurso alimenticio de las vacas prioritariamente el forraje de las praderas, por constituir el alimento mas barato para producir carne.

Los sistemas de producción vaca-ternero estudiados en la precordillera andina, permiten al ganadero adecuarlo a sus situaciones particulares y combinarlos con las rotaciones de cultivos de mayor o menor intensidad, realizar combinaciones de las alternativas indicadas e incluso aplicar planes forrajeros descritos en la publicación de sistemas de producción de toritos o novillos a base de forrajes.

a.- Sistema vaca-ternero basado en praderas de trébol subterráne

Esta alternativa de crianza, usando como único recurso de pastoreo de las vacas y sus terneros a la pradera de trébol subterráneo, ha sido uno de los primeros sistemas físicos estudiados por INIA en la década de 1970, y que aún tiene plena vigencia para situaciones de sistemas prediales ganado-cultivos; vale decir para el ganadero que efectúa rotaciones de estas praderas cada cuatro años con la siembra de cereales, prioritariamente trigo. Es una alternativa simple, que se ajusta adecuadamente a todo tamaño de empresa ganadera y en algunos casos con ciertas premisas, como se observará en el análisis económico que se presenta posteriormente.

En estos sistemas las vacas se encastan entre los meses de noviembre y enero, obteniéndose los partos entre agosto y octubre. Estas fechas son aceptables al considerar que los pastos comienzan su crecimiento activo a fines de septiembre e inicios de octubre. Pero dependiendo de las condiciones particulares del predio, la fertilidad de su suelo, la condición y edad de las praderas, carga animal que mantiene y recursos forrajeros suplementarios y/o forraje conservado, es posible modificar el encaste para tener las pariciones mas centradas en el mes de agosto. Esto normalmente implica suplementar las vacas; puesto que, estarán en su máximo requerimiento nutricional.

El tiempo y la cantidad de suplementación invernal a suministrar a las vacas, dependerá en gran medida de los factores indicados para decidir la fecha de encaste. La carga animal usada juega un rol importante, a medida que se incrementa se requerirá aumentar la cantidad de suplemento por vaca en el invierno; ya que la pradera prácticamente detiene su crecimiento y puede llegarse a considerar un equivalente de kilogramos de heno de 4% del peso vivo de cada vaca. (Ejemplo: una vaca de 450 Kg de peso puede consumir unos 10 a 11 Kg de heno). En todo caso el ganadero debe tener siempre una cantidad de heno guardado para el invierno, puesto que aún cuando necesite una baja cantidad, las condiciones desfavorables de clima pueden prolongarse por más tiempo de lo normalmente previsto. De tal manera que tanto el heno como un reparo o media agua con comedero techado, por rústico que sea es de gran valor para este período.

La carga animal en los sistemas ha variado entre 0.6 y 1,0 vacas/ha/año, según las condiciones de fertilidad del suelo y condición de las praderas.

Las fluctuaciones del peso vivo de las vacas presentan un comportamiento diferente según época: en el invierno son los más bajos y comienzan a incrementarse a medida que la pradera incrementa su producción, para alcanzar el máximo peso en diciembre o enero, momento en que el trébol subterráneo a completado su ciclo y la vegetación esta seca. Las pérdidas de peso vivo, entre el peso máximo y mínimo ha fluctuado entre 9,1% y 22,7%, pero se recomienda que en lo posible no supere el 10%, en este punto no hay una total concordancia. En las vacas de primer parto y vaquillas preñadas a temprana edad se recomienda que no deben perder peso, muy por el contrario estas debieran incrementar diariamente unos 0,5 a 0,6 Kg/animal/día.

Los terneros machos alcanzaron peso vivo de destete, a los 6 meses de edad, entre 166 Kg y 208 Kg promedios, con incrementos diarios de peso que fluctuaron entre 0,7 a 0,9 Kg/ternero. En el caso de las terneras los pesos vivo alcanzados fluctuaron entre 145 y 177 Kg, peso vivo un tanto bajo, atribuible a que la carga animal estaba un tanto alta para las condiciones de las praderas.

En estos sistemas se obtuvieron índices promedios de preñez de 89%, y de terneros nacidos vivos de 94%. En las vacas de primer parto estos índices fueron mayores. La producción anual de peso vivo promedio de 4 ciclos animales estudiados, alcanzó a 185 Kg/ha.

b.- Sistema vaca-ternero basado en praderas de trébol subterráneo y uso limitado de avena grano

El sistema vaca-ternero, estudiado por cuatro años, con manejo animal y de praderas similar al descrito anteriormente, utiliza como único recurso de pastoreo para las vacas y terneros una pradera de trébol subterráneo, por lo tanto constituye una buena alternativa de rotación de cultivos para los agricultores que desean realizar siembras de trigo. Difiere del sistema anterior en que se usa avena grano entera como suplementación alimenticia estratégica, sólo para los terneros en la etapa de lactancia y que se prolonga en parte de la recría; vale decir, hasta salidas de invierno, donde los animales continúan alimentándose sólo a pastoreo.

En la primera etapa o período de lactancia, el concentrado constituido principalmente por avena grano en un 90% y 5% de sales minerales (según calidad de heno suministrado en invierno y/o período de sequía) o necesidades de incluir un concentrado proteico en muy bajo porcentaje (5% a 10%). También es posible usar un concentrado comercial para terneros de bajo costo. Este alimento se suministra diariamente, a libre disposición, usando comederos corrientes y corrales especiales que permiten solo el acceso de los terneros. Estos corrales deben situarse cerca de las aguadas y/o donde sombrean las vacas. Esta estrategia de alimentación de los terneros se conoce con el nombre de "creep feeding".

El consumo de concentrado de los terneros hasta los 6 meses de edad alcanzó un promedió de 0,3 a 0,4 Kg/ternero/día, lo que significó utilizar un promedio de 68 Kg de concentrado por ternero destetado.

Los terneros una vez destetados continúan consumiendo concentrado, a razón de 2,5 Kg/ternero/día y adicionalmente heno a libre disposición, durante el período invernal, para continuar posteriormente solo a pastoreo.

Los pesos vivo de los terneros machos al destete fluctuaron entre 184 Kg y 198 Kg y en el caso de las hembras entre 152 Kg y 199 Kg en los cuatro años de estudio.

La producción anual de peso vivo de este sistema vaca-ternero varió entre 165 Kg/ha y 236 Kg/ha.

c.- Sistema vaca-ternero basado en un plan forrajero que incluye diversas praderas de trébol subterráneo, trébol encarnado, trébol rosado, alfalfa sola y en mezcla con gramíneas

En la precordillera andina es factible producir carne bovina, en la etapa vaca-ternero, usando como recurso alimenticio praderas sembradas con trébol subterráneo y praderas sembradas con alfalfa sola o en mezcla con gramíneas, como las descritas anteriormente, y/o praderas sembradas con trébol rosado. El uso de parte de la superficie de praderas sembradas con trébol subterráneo permite poder incluir el cultivo de trigo en la rotación.

Las praderas del sistema de producción pueden ser manejadas con cerco eléctrico, por razones de costo y facilidad de operación. Con el propósito de adecuar la disponibilidad y calidad de los forraje de las praderas a los requerimientos de las vacas y sus terneros, es recomendable aproximar la época de parto de las vacas con el inicio del crecimiento de los pastos. La mayor o menor aproximación del nacimiento de los terneros al crecimiento de los forrajes de las praderas dependerá, entre otros factores de la carga animal, el uso de praderas suplementarias y/o el uso de forrajes conservados como ensilajes y/o henos y la disponibilidad de otros subproductos alimenticios para el ganado. Es aconsejable que el ternero tenga unos dos meses de edad, cuando la pradera esta en la etapa de crecimiento y se mantiene verde, ofreciendo una cantidad de forraje de alta calidad que aprovecha eficientemente el ternero. Esto significa que al disponer de las condiciones de forraje antes señaladas, los partos de las vacas pudieran planificarse a partir de mediados a fines de agosto. Debe recordarse que el crecimiento acentuado de las praderas es a partir de fines de septiembre a mediados de octubre. Por ello quien no maneje una carga animal baja y no disponga de alimentos suplementarios para los animales debe ajustar los partos.

Cuando la pradera de trébol subterráneo comienza a secarse (noviembre a diciembre), según la zona y condiciones anuales de clima, por falta de precipitaciones y comienzo del período seco por cuatro meses o algo más, los animales pueden manejarse pastoreando las praderas de trébol rosado, alfalfa sola o en mezcla con gramíneas las cuales se encuentran aun en crecimiento y mantienen su color verde y calidad; esto permite mantener un buen ritmo de crecimiento de los terneros y una prolongación de la producción de leche de las vacas. De esta manera el destete de los terneros puede realizarse a los 6 a 7 meses de edad con pesos vivos de 180 Kg o más, lo que permitirá continuar la recría y engorda de los machos con alternativas de finalizarlos gordos para faena a temprana edad.

Las vacas una vez destetados los terneros (marzo-abril); vale decir secas de leche y preñadas, puesto que se han encastado a partir del año anterior (noviembre-enero) y palpado, para certificar la preñez y eliminar las vacas secas del rebaño, operación que se realiza alrededor de los 90 días de ser inseminadas y/o retirado el toro; pueden continuar pastoreando el trébol subterráneo seco y/o en combinación con los rastrojos de trigo, cuando estos han sido complementados con gramíneas o malezas que emergen después de las lluvias. Si los rastrojos disponen sólo de paja, es necesario suplementar adicionalmente las vacas con alrededor de 5 a 6 Kg/vaca/día de un buen heno de trébol rosado o alfalfa, más una suplementación de sales minerales completas de tipo comercial granulada o en bloques. Desde los últimos 3 meses de gestación hasta el buen crecimiento de los pastos (primeros días de octubre o poco antes) las vacas deben recibir una buena alimentación con forrajes conservados o praderas suplementarias, puesto que este período corresponde al rápido desarrollo del ternero próximo a nacer y luego los elevados requerimientos nutricionales de la vaca para producir leche.

La palpación debe efectuarse a los 2 ó 3 meses de retirado el toro y toda vaca no preñada debiera salir del sistema productivo, ya que no producirá un ternero y reemplazarse por una vaca preñada o parida. Además la eliminación de las vacas secas, viejas o con problemas de ubres, debieran venderse temprano (abril) para evitar pasar el invierno alimentando un animal no productivo.

En el Cuadro 1, se resume el mes del año que deben efectuarse las siembras de praderas, debe recordarse que para el caso de T. Subterráneo y T. Encarnado, sólo se recomienda el mes de abril, no debe sembrarse en primavera.

Cuadro 1. Resumen del manejo de praderas y animales

ACTIVIDAD

A

M

J

J

A

S

O

N

D

E

F

M

Siembra de praderas

x

     

x

             

Fertilización de praderas

 

x

   

x

             

Encaste

             

x

x

x

   

Palpación

x

                     

Eliminación de vacas

x

                     

Parto

       

x

x

           

Destete

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Suplementación invernal

 

x

x

x

x

x

           

Sales minerales

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x