1.1.- Paquetes de transferencia agrícola

a.- Cultivo de trigo en precordillera

Fechas de siembra

La fecha adecuada de siembra del trigo es un factor de gran importancia en su rendimiento. La variedad más adecuada a cada zona posee una fecha de siembra óptima. INIA anualmente publica una cartilla donde se indica, para cada variedad y zona, la fecha más apropiada de siembra

La recomendación general de fechas de siembra para la presente temporada para grupos de variedades de trigo se indica en el Cuadro 1.

Cuadro 1. Fechas de siembra de variedades de trigo en la precordillera de la Zona Centro sur de Chile, de acuerdo a su hábito de crecimiento.

Variedad

Hábito de desarrollo

Precocidad

Fecha de siembra

Tukán

Invernal

Precoz

Mayo – junio

Renaico

Alternativo

Tardío

Mayo – junio

Dollinco

Alternativo

Tardío

Mayo – junio

Quelén

Alternativo

Normal

Mayo – junio

Dalcahue

Primaveral

Tardío

Junio – julio

Domo

Primaveral

Semi tardío

Junio – julio

Tamoi

Primaveral

Semi tardío

Junio – julio

Fuente: Melladao y Madariaga, 2002.

En negrita se indica la fecha óptima de siembra. 

En general, las siembras efectuadas en abril presentan rendimientos inferiores a las de mayo. Ello se debe en gran parte al mayor ataque de septoriosis de la hoja que afecta a las variedades sembradas en abril. Por otra parte, es necesario tener presente la ocurrencia de heladas primaverales, especialmente cuando las siembras se localizan sobre 400 m sobre el nivel del mar. Estas heladas pueden dañar en algunas temporadas a trigos que espigan a fines de octubre y a comienzos de noviembre. La ocurrencia de heladas en el mes de diciembre es muy poco frecuente, y cuando ellas se producen, afectan a la mayoría de los trigos, sin importar la fecha de siembra.

Dosis de semilla

El trigo es una planta muy adaptable a diferentes dosis de semilla. Esto significa que la cantidad de semilla por hectárea puede variar en un rango relativamente amplio, sin que se modifique sustancialmente el rendimiento. Algunos factores, como la fertilidad y humedad del suelo, la fecha de siembra, el tipo de variedad y la profundidad de siembra, deben tenerse en consideración. Sin embargo, para la mayoría de las variedades sembradas a máquina y que deposita la semilla entre 3 y 5 cm, se recomienda una dosis de 180 kg/ha, en tanto que para las siembras al voleo es conveniente aumentarla a lo menos en un 20% dependiendo del sistema de surcado y/o tapado que use el productor.

El empleo de semilla certificada es un aspecto interesante de considerar, ya que ello garantiza la pureza, ausencia de malezas y también la viabilidad expresada en la correcta germinación de la semilla y emergencia de las plántulas, lo cual se traduce en sementeras con buena población de plantas.

Siembra Cero labranza.

La secuencia de labores sería la siguiente:

Marzo: Manejo del rastrojo y/o eventual quema.

Marzo - abril : Cuando hay abundancia de algunas malezas de difícil control, como vulpia y pasto cebolla, es conveniente efectuar un primer control con Glifosato.

Mayo . junio : Aplicar el herbicida sistémico y no selectivo, GIlfosato, para eliminar todas las malezas verdes presentes en el suelo.

Mayo . junio: Sembrar con una máquina cerealera de cero labranza, una variedad de trigo invernal en mayo, o una de hábito alternativo en junio.

Fertilización de las siembras de trigo efectuadas en suelos trumaos.

El consumo nacional de fertilizantes nitrogenados, fosfatados y potásicos en las siembras de trigo es alrededor de 82.000 toneladas, de las cuales un 50% corresponde a nitrógeno (N), un 48% a anhídrido fosfórico (P205) y solo un 2% a potasio (K20). Respecto al empleo actual de nitrógeno, aproximadamente un 30% corresponde a salitre sódico y salitre potásico, siendo el resto aportado por fertilizantes amoniacales tales como la urea y el fosfato de amonio (Silva, 1989).

Debido a los niveles generalmente bajos de nitrógeno y fósforo, y al elevado poder de fijación de fosfatos que poseen los suelos de la precordillera, el ítem fertilizantes representa alrededor de un tercio de los costos de producción del trigo. Por esta razón permanentemente se están efectuando trabajos de investigación con diferentes fertilizantes, con el objeto de determinar la dosis óptima económica, época y forma de aplicación.

Los problemas nutricionales de los suelos trumaos podrían solucionarse en parte, estableciendo rotaciones con leguminosas que reciban dosis iniciales elevadas de fósforo. La aplicación de fosfato en bandas y la aradura poco profunda reducirá la fijación; en este sentido, el sistema de mínima labor o la cero labranza ofrece ventajas en lograr más eficiencia en el uso de estos nutrientes.

En general, en todos los ensayos de fertilización de trigo se ha encontrado una fuerte respuesta a la aplicación conjunta de nitrógeno y de fósforo, con algunas variaciones en las dosis, según el tipo y el manejo del suelo.
Aplicaciones de nitrógeno

El nitrógeno, elemento esencial para todos los organismos vivos, es un nutriente importante que se aplica al trigo, para aumentar el rendimiento de grano y su calidad nutricional.

Respecto a la eficiencia de las diversas fuentes de nitrógeno, se ha determinado que el salitre sódico y la urea tienen una eficiencia similar al aplicarlos en diversas modalidades y estados fenológicos del trigo. Considerando el desarrollo del trigo y las posibles pérdidas de nitrógeno producidas por la lixiviación, especialmente durante años muy lluviosos, lo más conveniente es dividir la dosis total de nitrógeno en dos o tres aplicaciones. Estas pueden corresponder a la siembra y a la macolla; o bien, en tres parcialidades: siembra, inicio y fin de macolla (Cuadro 3). Es importante señalar que una aplicación parcializada de nitrógeno puede ayudar a reducir la relación inversa que existe entre rendimiento y contenido de proteína del grano. Sin embargo, se debe considerar que la aplicación de nitrógeno al encañado puede presentar problemas prácticos, especialmente cuando se trata de sementeras extensas.

Cuadro 3. Comparación entre la urea y el salitre sódico aplicados en diversas modalidades en un trigo sembrado en otoño en la precordillera de Ñuble.

 

Rendimiento ( qqm/ha)

Forma de aplicación

Salitre sódico*

Urea*

100% ala siembra, al voleo

100% a la macolla, al voleo

50% a la siembra, 50% a la macolla

1/3 siembra, 1/3 macolla, 1/3 encañado

48

57

58

61

50

56

60

58

*              En ambos fertilizantes se aplicaron 120kg de N/ha. Fuente: E. E. Quilamapu, Rodríguez, 1989.

Confirmando la eficiencia similar del salitre sódico y la urea, Mellado (1990) determinó que estos dos fertilizantes se comportaron similarmente al aplicarlos de una sola vez, en una dosis de 150 kg de N/ha, en diferentes estados de desarrollo en un trigo de invierno. En el Cuadro 4 se puede apreciar que no es conveniente aplicar todo el nitrógeno a la siembra y mucho menos aplicarlo cuando el trigo empieza a espigar. En el primer caso, es decir, la aplicación de todo el nitrógeno a la siembra permite que parte de este nutriente se pierda por lixiviación, y que se produzca un déficit de nitrógeno durante el desarrollo de la espiga y el llenado del grano.

Cuadro 4. Comparación entre la urea y el salitre sódico aplicado en diferentes estados fenológicos en trigo (1).

Rendimiento (qqm/ha)

Estados Fenológicos

Salitre sódico(2)

Urea(2)

Siembra

Inicio macolla

Plena macolla

Encañado

Hoja bandera

Espigadura

 

43

60

69

69

69

38

 

43

60

66

69

68

36

 

(1) Ensayo efectuado en el campo Experimental Ouilamapu duranle 1988 y 1989

(2) En ambos fertilizantes se aplicaron 150kg N/ha de una sola vez.

En el segundo caso, es decir, al aplicar todo el nitrógeno cuando el trigo esta espigando, lo más probable es que en este período del desarrollo ya están afectados negativamente el número de espigas por superficie y el número de granos por espiga. Además el desarrollo de las hojas será limitado, con lo cual se verá reducida la capacidad fotosintética de la planta para el llenado de los granos.

Se debe señalar que el nitrógeno al igual que el fósforo y el potasio son elementos con alta movilidad dentro de la planta, por lo que cuando se producen carencias de estos nutrientes, estos se trasladan rápidamente desde las hojas viejas a las más nuevas; por lo tanto los síntomas de deficiencia se producen inicialmente en las hojas mas antiguas.

Debe tenerse presente que los fertilizantes amoniacales, como la urea, tienden a aumentar la acidez del suelo, y por ello en suelos con pH menor de 5,5 es preferible usar salitre sódico. Además, según Schaenkel y otros (1982) los fertilizantes nitrogenados amoniacales pueden desplazar calcio, magnesio y potasio, los cuales se perderían por lixiviación. Esto tendría como consecuencia la aparición del aluminio, el que afectaría el desarrollo radicular del trigo.

En cuanto a la relación entre la fecha de siembra y la eficiencia de los fertilizantes nitrogenados, se puede señalar que en las siembras tempranas, las plantas de trigo desarrollan una mayor cantidad de raíces, las cuales pueden explorar más suelo y soportar en mejor forma una eventual sequía primaveral. Además pueden hacer un mejor aprovechamiento del nitrógeno nativo del suelo y del nitrógeno aplicado como fertilizante, es decir, la eficiencia puede ser mayor en siembras tempranas.

Respecto a la extracción de nutrientes del suelo, Mellado (1990), determinó que una cosecha de trigo de 54 qqm/ha de grano y 74 qqm/ha de paja, extrae alrededor de 150 kg de nitrógeno, es decir, una cantidad equivalente a 950 kg de salitre sódico, o de 330 kg de urea/ha. Según referencias bibliográficas, la extracción de potasio sería similar a la de nitrógeno, en tanto que la de fósforo alcanzaría a unos 60 kg de P205/ha.

Aplicaciones de fósforo

Las dosis y las fuentes de fertilizante fosfatado más adecuadas en trigo también dependerán de la condición del suelo. Respecto al tipo de fertilizante, Rodríguez (1989), señala que el rendimiento de grano es similar a igualdad de dosis de P205, al aplicar Superfosfato Triple, Fosfato de Amonio y Fosfato Normal, en dosis que van desde 50 a 150kg de P205/ha.

En general se puede afirmar que en los suelos trumaos, la dosis de fósforo recomendada en el trigo puede oscilar entre 80 y 200 kg P205/ha, dependiendo de las rotaciones y del tipo de suelo. En todo caso el análisis químico del suelo permitirá fijar la dosis óptima tanto de fósforo como de nitrógeno.

El Programa Trigo y el Programa de Fertilidad de Suelos del CRI INIA Quilamapu, han estado efectuando diversos ensayos en la precordillera para determinar si existen variedades de trigo más eficientes en el uso del fósforo, es decir, que puedan rendir bien con dosis moderadas de fertilizantes fosfatados. Hasta el momento se han observado tendencias promisorias en este trabajo.

Respecto a la forma de aplicar los fertilizantes fosfatados se ha determinado que cuando éstos se aplican al voleo, y son incorporados con arado de vertedera o rastra, se produce una disminución entre un 25 y un 35% en su eficiencia, respecto a las aplicaciones localizadas efectuadas con la máquina sembradora. La aplicación localizada de los abonos fosfatados es especialmente importante cuando los suelos trumaos presentan niveles bajos de fósforo disponible.

En cuanto al pH del suelo y al tipo de fertilizante fosfatado, puede señalarse que el superfosfato triple contiene un 14% de calcio por lo que no altera el pH; sin embargo, podría subsanar posibles deficiencias de este nutriente. Por el contrario, el fosfato diamónico que carece de calcio, tiende a acidificar el suelo, y por ello no es recomendable aplicarlo en suelos con pH menor a 5,5.

Aplicación de otros nutrientes

Actualmente en la mayoría de las siembras de trigo efectuadas en los trumaos de la precordillera se aplica solamente nitrógeno y fósforo. Sin embargo, en algunos predios se han determinado deficiencias y respuestas a otros nutrientes, principalmente al potasio. Esto se debería, entre otras razones, a la gran cantidad de potasio que se extrae del suelo cuando se practica un sistema intensivo de sucesión de cultivos, especialmente cuando se retira la paja para uso animal, o se queman los rastrojos. Por lo tanto, es conveniente insistir una vez más en el manejo adecuado de los predios, y en la determinación periódica de las características químicas de los suelos, mediante un análisis de laboratorio.

Control de malezas

Las malezas casi siempre están presentes en las sementeras de trigo de la precordillera. Algunos trabajos de investigación han demostrado que su efecto es muy negativo, y la experiencia de productores indica que los daños que producen pueden llegar a la pérdida total del cultivo.

Además del daño directo que las malezas producen sobre el rendimiento de trigo, ellas ejercen una serie de efectos indirectos que también inciden negativamente en la producción. Algunas consideraciones al respecto son las siguientes:

Las principales malezas presentes en las sementeras de trigo de la precordillera son fáciles de identificarlas en el campo con el fin de aplicar los herbicidas adecuados.

Respecto a los productos químicos y dosis que se pueden usar en su control, los Cuadros 5 y 6 entregan antecedentes al respecto.



Cuadro 5. Herbicidas recomendados para el control de malezas en trigo.

Herbicidas

Malezas que controla

Observaciones

 

MCPA amina

Hoja ancha

4 hojas hasta fines de macolla.

En siembras asociadas, cuando

el trébol tenga 2 hojas trifoliadas.

2,4-0

Hoja ancha

5 hojas hasta fines de macolla;

no usar en siembras asociadas.

Oicamba

Hoja ancha resistente

a 2,4-D ~ MCPA.

No controla crucíferas.

4 hojas hasta fines de macolla;

no usar en siembras asociadas.

Mezcla de MCPA

amina más

Cianazina.

Hoja ancha resistente

a 2.4-D y MCPA.

Incluye crucíferas.

4 hojas hasta fines de macolla;

no usar en siembras asociadas

Mezcla de MCPA

amina más

Dicamba.

Hoja ancha resistente

a 2,4-D y MCPA.

Incluye crucíferas.

4 hojas a hasta fines de macolla;

no usar en siembras asociadas.

Mezcla de 2,4-D

más Dicamba.

Hoja ancha resistente

a 2,4-D y MCPA.

Incluye crucíferas

5 hojas hasta fines de macolla;

no usar en siembras asociadas.

Metsulfuron-

metil (Ally).

Hoja ancha resistente

a 2,4-D y MCPA.

Incluye crucíferas,

2-3 hojas hasta fines de macolla.

Trigos de invierno; no usar

en siembras asociadas.

Suifomethme-

Tronmetil

(Granstar)

Hoja ancha resistente

a 2,4-D y MCPA.

Incluye crucíferas.

2-3 hojas hasta fines de macolla

Trigos primaverales; no usar

en siembras asociadas.

Diclofopmetil

(lloxán)

Gramíneas, mejor comportamiento sobre ballicas

Malezas con 2-4 hojas;

no mezclar con herbicidas para

hormonales.

Tralkoxydim

(Grasp).

Gramíneas

Malezas anuales 2-4 hojas. Pasto

cebolla 9-10 cm; chépica de

champas 3-4 cm; no mezclar

con herbicidas hormonales.

Clodinafop

Gramíneas, preferentemente sobre Agrostis spp. y Pasto cebolla

Malezas con 2-4 hojas;

no mezclar con herbicidas para

hormonales.

IODOSULFURON

Gramíneas y latifoliadas

No controla cola de zorro

Cuadro 6. Herbicidas, dosis y volumen de agua recomendados para su uso en trigo.

Nombre técnico

Dosis/ha

Volumen agua (l/ha)

- MCPA amina

- 2,4-D

- Dicamba (Banvel)

- MCPA amina más

-Dicamba (Banvel)

- MCPA amina más

 Cianazina (Partid, Bladex, Fortrol) 

- Metsulfuron-metil (AIIy).

- Sulfomethmetron-metil (Granstar)

- Diclofop-metil (Iloxán)

- Tralkoxydim (Grasp)

 

0,5 -0,7 kg l.a.

0,5-0,7kg la.

0,2 - 0,25 It p.c.

0,7 kg la.

0,2-0,25 It p.c.

0,7kg I.a.

0,5 -0,7 It P.C.

0,008kg p.c.

0,03 kg P.C.

2,0-2,5 It p.c.

2,0 -2,5 It P.C.

 

100 –200

100- 200

100 – 200

100 –200

 

200 –250

 

100-200 +  surfactante.

100 -250 + surfactante.

150-200

200 –400

 

*: Entre paréntesis se indica el nombre comercial. p.c.: Producto comercial.

la.: Ingrediente activo (se da en i a flor existir varios nombres comerciales>

Enfermedades y plagas

Es bastante común que las sementeras de trigo de la precordillera de Ñuble y Bío Bio sean afectadas por enfermedades foliares y/o radiculares.

Entre las enfermedades foliares destacan el polvillo estriado causado por el hongo Puccinia striiformis; el polvillo colorado causado por Puccinia recondita; la septoriosis de la hoja causada por Mycosphaerella graminicola spp., y el virus del enanismo amarillo, transmitido por diversas especies de áfidos.

Las pudriciones radiculares, especialmente el mal del pie causado por Gaeumannomyces gramiriis var. tritici, constituyen el problema sanitario de mayor importancia. Se trata de una enfermedad muy difundida, que afecta a los trigos en intensidad muy variable, dependiendo de las prácticas de manejo que hayan tenido los potreros en los años anteriores.

Algunos comentarios sobre las principales enfermedades del trigo en la precordillera son los siguientes:

Cosecha y calidad del trigo

En la zona centro sur el trigo se cosecha durante los meses de enero y febrero, período caracterizado por altas temperaturas y baja humedad relativa. En estas condiciones el grano madura y pierde agua rápidamente, llegando a la cosecha con una humedad de 12-14%, valores que permiten su almacenaje normal.

Se ha determinado que cuando las sementeras que han llegado a la madurez de cosecha reciben agua de lluvia en cantidad equivalente a un riego efectivo (20 mm), se produce una merma importante del peso del hectolitro, disminución que es directamente proporcional a la cantidad de lluvia recibida. Es evidente que este menor peso perjudica la comercialización, ya que los trigos deben tener un peso hectolitro mínimo de 76 kg/hl, para no recibir descuento por este concepto. Por lo tanto la cosecha debe efectuarse tan pronto como el grano llegue a la humedad de cosecha adecuada.

La calidad nutritiva e industrial del trigo es una característica compleja que está determinada por los factores genéticos de la variedad, por las condiciones ambientales de la temporada de cultivo y por las prácticas de manejo. En gran medida depende de la cantidad y de la calidad de la proteína del grano.

Algunos parámetros de calidad industrial del grano que se usan para tipificar variedades son el índice de sedimentación, el contenido de gluten, el porcentaje de proteína, el volumen del pan y el tiempo de desarrollo de la masa.

Para evaluar la calidad industrial del grano en el proceso de comercialización, los compradores utilizan la Prueba de Sedimentación; mediante el resultado de esta prueba se bonifican aquellas partidas de trigo que superan cierto valor. Según las cifras de sedimentación los trigos se clasifican en suaves, corrientes, fuertes y extras. De acuerdo al reglamento de compras de trigo, reciben bonificación todas aquellas partidas de trigo que tengan un valor de sedimentación igual o superior a 30 cc.

En la precordillera hay centenares de productores de trigo, que siembran más de veinte variedades distintas, por lo que el producto cosechado es de una calidad bastante heterogénea, correspondiendo la mayor parte del trigo al tipo suave o corriente. A pesar de ello, con la harina obtenida de estos trigos se puede elaborar sin problema la clase de pan más consumida en la región. Este pan se conoce con el nombre de "hallulla", y se caracteriza por su poco volumen, por lo que no es necesario tener harinas de alto valor de sedimentación para producirlo.

En relación con la molienda y la panificación cabe señalar que un trigo recién cosechado debe reposar alrededor de 30 días antes de procesarlo. Este reposo debe tener lugar en silos o bodegas libres de insectos, y que posean algún mecanismo que permita mantener temperaturas y humedad relativa moderadas. Por la misma razón, los sacos sintéticos no son un medio conveniente para lograr este reposo, ya que estos envases carecen de porosidad, lo que es especialmente perjudicial en los granos cosechados con más de 15% de humedad.

Cuando los granos se almacenan en bodegas húmedas, sucias y mal ventiladas, pueden ser invadidos por hongos saprófitos, y a veces por otros que producen micotoxinas de elevada toxicidad, y por lo tanto pueden afectar la salud humana y animal.