Voqui.

Aparte del mencionado mimbre, existen otras fibras de importancia local que forman parte de numerosas enredaderas del sur de Chile, comúnmente llamadas voqui, las cuales proporcionan fibra para amarras y tejidos utilizadas para la confección de canastos y bolsas. Es difícil reconocer en estos artículos la especie utilizada, aunque se citan pilpil-voqui (Boquila trifoliata), voqui pilfuco (Berberidopsis corallina) y voqui fuco (Capsidium valdivianum) como las más habituales en cestería tradicional (Tacón, 1998).

Recolección y procesamiento.

La jornada de recolección del voqui pilfuco dura todo un día. En el sitio de recolección se seleccionan las hebras buenas (2 a 3 cm de diámetro). Para cortarlas y posteriormente trabajarlas. Una vez cortadas se hacen grandes rollos, se atan y se transportan a los hogares a hombro. Se bajan de la cordillera 8 a 10 kilos por persona.

Una vez en el lugar de trabajo se pasan por fuego y se trata la enredadera con agua caliente. Al tercer día se raspa y se vuelven a clasificar las hebras. Las hebras que enlazarán el tejido son pulidas todavía húmedas. Después de secas se vuelven a pulir, esta vez usando una lija, y se vuelven a mojar para recién comenzar a hacer el tejido. La extracción de la enredadera la realizan sólo los hombres, pero en la confección de la artesanía participa toda la familia (Ambiente y desarrollo, 1994).

Los precios registrados para canastos hechos en base a este material fluctúan entre 2.000 a 9.000 $/canasto (Tacón, 1998).

Hoy en día estas fibras vegetales se usan en muy baja proporción, sólo a nivel local para la confección de artesanías (Fao, 1998).

 

Cestería de Voqui